La inútil
de Luis Andres Peña
Ella se había olvidado de cómo caminar, sólo arrastraba sus tetas con los pezones duros, y se recostaba con la espalda apoyada en la pared esperando que alguien se acercara a amamantar, y como nadie iba ella sola se chupaba las tetas, y de ésta forma trataba de sobrevivir esperando que en la primavera algún viento del norte pueda fecundarla, pero era inútil, ella era alérgica al pólen, y la sangre que perdía cada mes se secaba en las paredes de su casa y contaminaba el aire, haciendole recordar constantemente la inutilidad para su especie, porque no solo la veia y la olia, también la tocaba, la escuchaba gotear y la degustaba cuando se comía las uñas por desesperación.
23 septiembre 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario