Otro cuento de Luis Andres Peña
El hámster
El hámster ya había recorrido seis kilómetros, la heladera había prendido y apagado dos veces, y el pan no era más de hoy sino de ayer, había sobrevivido quién sabe por qué, quizás él quería envejecer con el pan, quizás se sentía viejo y tenía la necesidad inconsciente de contrastar su relativa larga vida con la vida del pan que es muy corta, y que además la humedad de ésa noche la hacia más corta de lo normal, distinta pero parecida a la humedad que él también tenía y tanto temía.
Cuando el hámster recorrió un kilómetro más la heladera cortó una vez, ahora la relación entre kilómetros recorridos y paradas de la heladera era mayor a favor de la heladera, el hámster ya estaba cansado y sería difícil que recupere el terreno perdido... el pan todavía no estaba duro y él tampoco, de pronto se decidió ha llevar el pan a la heladera con la excusa inconsciente de que mañana el pan estaría duro, él blando, y tendría que ir a comprar más pan, entonces lo llevó a la heladera y se fue a dormir.
A la mañana siguiente se dio cuenta de que había dejado el fiambre afuera, pero ya era tarde, el hámster lo estaba comiendo, y el pan condenado a la inmortalidad.
19 agosto 2005
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